lunes, enero 22, 2007

Soy flaco, y me la banco

Estaba tirado el jueves en la playa Pocitos. Los brazos para atrás y las manos como almohada. De cara al cielo. Los ojos cerrados.
Al lado dos viejas (se vé que un tanto sordas) establecen el siguiente diálogo “secreto”:
- ¡Mirá que flaco ese muchacho!
- Ay sí, se le ven todas las costillas.
Es que últimamente me gusta ir a la playa en costilla – less.

lunes, enero 08, 2007

En la calle o en la escalera

Matilde, una compañera de trabajo, rodó por las escaleras. No le pasó nada. No la vi caer pero pude representarme la escena gracias a sus cuentos. Su relato pormenorizado me hizo recordar una verdad absoluta: voy a morir.
No sé cuándo, pero sí sé cómo. Voy a morir rodando por una escalera. Esa es una posibilidad. La otra es que muera en la calle, atropellado por ser un peatón distraído.
Hay quienes dicen que puedo morir de un infarto o de cualquier otra cosa, lo cual es posible, pero menos probable. No todos los días me duele el corazón, pero casi todos los días tengo momentos en que estoy a punto de rodar por las escaleras. Y casi todas las semanas algún auto me toca bocina y al pasar a mi lado a toda velocidad me insulta, o se mete con mi madre. Es lógico, ella tiene parte de la culpa, yo no me hice a mí mismo.
Ayer casi muero en la calle, más en concreto en la esquina de Rivera y Soca. Crucé distraído con roja y siento biiiiiiiiiiiiiiiiiiii”. Cuando me percato de mi situación una moto pasa a centímetros de mi cuerpo y el motociclista me insultó a centímetros de mi cara. Nunca me habían insultado tan de cerca. Toda una experiencia.