miércoles, marzo 21, 2007

Confesión

Hace unas semanas empecé a verlos por todos lados. Sobre mis hombros, en el plato, en la mesa, en las páginas de los libros, en los diarios que leía.
Empezaron a perseguirme. Siempre estaban ahí, en todos lados. Incluso invadieron mi intimidad y los vi en la ducha varias veces. Poco podía hacer, desnudo e indefenso.
Aquel día me miré al espejo y lo admití. Estaban ahí porque es mi destino. Todos ellos juntos, sin orden aparente pero siguiendo el orden del destino. Todos en grupo, pero al mismo tiempo solitarios, como si vinieran de a uno. Todos morochos.
Desde hace unas semanas los veo. Son pelos. Mis pelos.
Me estoy quedando pelado.

martes, marzo 20, 2007

Actualizar el blog...

... es mucho más fácil de lo que pensaba.