
Fui al local de apuestas “Altamira” en la mística calle de Germán Barbato. Un asco de lugar.
- Quiero jugar al 5 de Oro, y con Revancha.- dije con un poco de temor inexperiente
- Como no joven, dígame sus números.
- 2,13,18,19 y 29.
- Muy bien…
- Y para la revancha estos números…
La chica me miró con cara de “este es un Pobreloco” y me explicó que la revancha no consiste en jugar a otros cinco números. Con lo cual me quedé sin apostar a esta otra combinación: 2 10 21 28 33.
Luego Observa me jugó una mala pasada con una noticia (en broma) sobre la suspensión del sorteo. Mientras la leía me ofendí. “¿Qué van a hacer con mis 30 pesos si no hacen el sorteo?”
Cuando escribo esto el sorteo aún no se ha efectuado, pero puede que cuando usted lea yo:
a) ya sea millonario.
b) siga siendo un Pobreloco como hasta ahora.
c) sea un tremendo gil porque salieron sorteados los otros cinco números a los que no jugué.