
Empezaron a perseguirme. Siempre estaban ahí, en todos lados. Incluso invadieron mi intimidad y los vi en la ducha varias veces. Poco podía hacer, desnudo e indefenso.
Aquel día me miré al espejo y lo admití. Estaban ahí porque es mi destino. Todos ellos juntos, sin orden aparente pero siguiendo el orden del destino. Todos en grupo, pero al mismo tiempo solitarios, como si vinieran de a uno. Todos morochos.
Desde hace unas semanas los veo. Son pelos. Mis pelos.
Me estoy quedando pelado.
10 comentarios:
jajaja. Tarde o temprano. En la vida o en la muerte, a todos nos llega.
Esas cosas tienen solución.
Si no, mirá a Cacho Bochinche.
En Mariano pelucas te esperan.
La otra, convertite al judaísmo y andás de gorrito. O al budismo. Eso sí, vas a tener que engordar unos kilos y abandonar ese look formal, recientemente adoptado, y vestirte con telas naranjas.
Juas!
Llame ya!
No me acuerdo cómo se llamaba el shampoo que vendían pero estaba hecho con hierbas del amazonas, jaja!
Salú!
De casta le viene al galgo (refrán).
Esta sentado en un muro, elevado unos 30 centímetros sobre tu cabeza, y vi que esa calvicie viene en serio. Es hora de regalarte un gorro. Traje y gorro: tendencias.
Sabés de que me acabo de dar cuenta...de que tiene la manzanita de Mac, jajaja!
Salú!
Nuevo blog:
http://www.col-um-na.blogspot.com/
Salú!
El pelo molesta, pero cuando se cae molesta mas! Mejor que el gorro una boina moderna, no es más elegante?
En boca cerrada no entrán pelos (re flán).
Te voy a regalar esas mascarillas de médico.
vaya!pues resulta que tengo una "antípoda" bienvenido al mundo de los pobrelo(ck)os...!
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